Hablar de internet es pensar en conexión, pero no necesariamente en comunicación. Comencé a navegar por este oceánico paraíso informativo hace unos ocho años. Por ese entonces, no conocíamos aun lo que este medio era capaz de ofrecernos.
Mediante una llamada telefónica accedíamos a internet. Chateábamos por el ICQ y el Mirc, programas hoy extinguidos.
Se podía acceder en muy pocos lugares a internet, la universidad era uno de ellos. Yo, una privilegiada con servicio de Arnet en mi domicilio. Conocí amigos por la red y también hice tímidas compras: entre ellas mi Pentium II, antes de que el país abandonara la convertibilidad.
Las conexiones eran lentas y las páginas web eran de diseños simples, sin movimiento y hoy diría que aburridas.
Todo fue cambiando. Los sistemas fueron mejorando y comenzamos a acceder a una velocidad mayor con tarifas a precios más moderados. La red comenzó a masificarse.
Por mi trabajo, Internet se hizo cada vez más necesaria. El hipertexto resultó ser la mejor y mayor de las aventuras. Abrir ventanas todo el tiempo y no encontrar muros era realmente increíble. Poder acceder a las lecturas desde diferentes lugares, totalmente trasgresor.
En la actualidad, Internet es fundamental en mi vida laboral y académica. Aún no ha logrado -del todo- robarme la intimidad. Comparto cosas todo el tiempo con gente que aprecio y que me ayuda a desarrollarme en mi trabajo, pero a los afectos prefiero cultivarlos por otro lado.
La red no tiene límites, y eso es quizás lo más deslumbrante. Todo está digitalizado y al alcance de quienes podemos conectarnos.
Mi casa hoy es una zona wi fi. Muy divertido y adictivo al mismo tiempo. Estoy acostumbrada a que el mundo ingrese a mi casa sin mayores molestias, esfuerzos ni inversiones. ¿Esto, es peligroso? A veces creo que sí y otras pienso que este tipo de tecnologías será la que la posibilitará un mayor desarrollo a provincias pobres y postergadas como la nuestra.
Por ahora, celebro el uso de las nuevas tecnologías. Por ahora, estoy muy a gusto en los mares culturales que ofrecen esta telaraña informativa. Me siento a veces algo infoxicada, algo ansiosa, algo perturbada porque los cambios son abruptos, y demoledores.
Habrá que ver a donde nos conducirán los distintos ensayos humanos por controlarlo todo.
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About Me

- Datos del docente
- Leila Lorena Torres. Licenciada en Comunicación Social.Doctoranda en Política y Comunicación. Especialista en Docencia Universitaria; en Educación y Nuevas Tecnologías y en Humanidades y Cs Sociales. Profesora en Docencia Superior no Universitaria. Periodista. Docente de Nivel Medio y Superior. Asesora del INADI en Género y Medios de comunicación. Referente de la Red de Investigadores en Comunicación. Integrante de la Red PAR (Periodistas argentinos por una comunicación no sexista)
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